
Es la eterna pregunta: ¿de verdad es factible lanzarme a montar mi propia empresa? Y, evidentemente, la respuesta no es sencilla. Influyen tantos factores como tipos de negocio y personas dispuestas a llevar las riendas de los mismos
De una parte, no es suficiente tener una idea de negocio. Para que ésta se materialice en una verdadera oportunidad de negocio que posibilite la sostenibilidad en el tiempo de una empresa es necesario conocer las condiciones del mercado en el que nos movemos, cuál es nuestra competencia y quiénes nuestros clientes. Y, por su puesto, valorar si éstos están dispuestos a comprar nuestro producto o servicio. Además, es vital poseer los elementos necesarios para poner en marcha un negocio, y éstos viajan desde la disponibilidad de capital o financiación, hasta el equipo humano que lo conformará.
Por estas razones es importante tener en cuenta ciertas ventajas y desventajas de emprender y reflexionar sobre las expectativas que generamos.
VENTAJAS DE EMPRENDER
Estabilidad en el empleo. La continuidad o no de la actividad depende de factores económicos y de negocio y no de otro tipo de decisiones.
Autonomía. Como emprendedores, somos nosotros los que marcamos el ritmo e imponemos las normas que regirán nuestra actividad. Exige una gran dedicación, horas y esfuerzo, ser “nuestro propio jefe.
Si optamos por emprender junto con otros socios sacrificaremos parte de nuestra autonomía por una mayor capacidad. Si es nuestra decisión debemos ser conscientes de los riesgos que entraña y cuidarnos de no cometer los típicos errores al buscar socio.
Satisfacción personal. Porque, para muchos, nada produce más satisfacción que un trabajo bien hecho, sobre todo si se desarrolla, desde su gestación hasta su ejecución, bajo nuestra propia percepción de cómo debe realizarse.
Luchar por algo propio. Muy en la línea de lo anterior, emprender significa poner un proyecto en marcha, especialmente cuando entraña dificultad. Pero no sólo están en juego nuestras aspiraciones, sino también el tiempo y el dinero que hemos invertido en nuestro proyecto, los sacrificios realizados para ponerlo en marcha y la posibilidad de legar ese fruto de nuestro esfuerzo a futuras generaciones.
Mayores ingresos. Quizá éste sea uno de los puntos más controvertidos, pero, si nuestro proyecto está bien planteado y finalmente tiene éxito, podemos aspirar a tener mayores ingresos que trabajando por cuenta ajena.
Prestigio social Poner en marcha y consolidar una empresa que, con su actividad, sea capaz de cubrir necesidades y demandas reales y contribuya a la mejora del entorno en el que vivimos puede constituirse como una gran fuente de reconocimiento social que, si bien no ha de ser el fin último, puede abrirnos muchas puertas para seguir creciendo y evolucionando tanto profesional como personalmente.
DESVENTAJAS DE EMPRENDER
Mayor dedicación. Cuando ponemos en marcha nuestra propia empresa, debemos saber desde el principio que ésta requerirá muchas horas de esfuerzo y dedicación, sobre todo al principio. Emprender significa, en muchos casos, desarrollar muchas aptitudes y ser capaces de ponerlas en prácticas todas a la vez, esto es, ser “multitarea”.
Riesgo económico. Son muchos los factores que determinan el éxito o fracaso económico de nuestro proyecto empresarial, tanto externos, como puede ser un entorno poco favorable, como internos, que pueden derivarse de una mala gestión. También hay que tener en cuenta que los ingresos pueden variar notablemente de un mes a otro, por lo que es recomendable una cuidada planificación económica
Incertidumbre. Somos los responsables últimos de cada decisión, de cada éxito y de cada fracaso.
No existe una fórmula que garantice el triunfo de nuestro proyecto y siempre cabe la posibilidad de que se produzca un giro inesperado de los acontecimientos, por lo que es vital contar con un plan B en caso de que todo falle.
Lo idea, en estos tiempos, es tener un empleo que te de la base de un sueldo fijo en lo que tu propio negocio crece.